sábado, 4 de abril de 2009

"El tiempo no es un Problema" 8ª parte


Para empeorar aun más la cosa, éste entró con un aire petulante, y desafiante.
Edward me miró a los ojos ¿Qué pensaría de lo que yo pensaba? Su mirada de odio me lo confirmó, no le agradaba... pero de todos modos, por que me molestaba a mi que a él yo no le cayera bien, después de todo no era nada mío, ni me interesaba... ¿o si? ¡No!

La tensión se extendió, haciéndose insoportable.

— Hola James ― dijo Carlisle― creo que ya conoces a la familia Hale.
— Si... —pero fue interrumpido por Emmett, quien estaba furioso.
— Efectivamente que nos conocemos, y eso que aun no le muestro todo mi potencial—empezó a temblar de ira. Pero Jasper y Edward se arrimaron a él sosteniéndole por los brazos, mientras Esme le acariciaba el rostro para calmarle.
— Veo que aun no maduras tontorrón. —se carcajeo James.
— James... por favor... no iniciemos un pleito. —suplique.
— Claro mi Bella. —¡Bravo! Lo habia hecho, ya se había apoderado de mi ser, dejándome como una cualquiera frente a todos ¿me odiaría más ahora Edward?
— ¡¿Qué quieres?! —le pregunte enfadada.
— Oh... estas enojada... idiotilla mía— (¡le insisto!) pavo—vine a por ti, quiero llevarte a cenar.
— Muy gracioso James. Sabes que no me parece momento de chistes...
— Pero si lo digo en serio. —paso la mirada por todos los que estábamos allí. Y se detuvo en Emmett. Quien estaba calmo. —no es a un restaurante de Humanos, es a uno de vampiros.
— ¡¿Que?! —gritamos todos al unísono.
— ¿No lo sabíais? —se rió de nuevo— claro, si acá todos son extraños, con sus dietas.
— Bueno, da igual porque no pienso ir. —sentencie frustrada.

Contado por Edward:

— Mira Bella no pienso negociar. Sobretodo porque ya me he gastado en buscar una victima que no te das una idea de cómo huele, se que te gustará...
— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Nada de humanos! —grito ella. Ahora Alice le tomaba la mano a su hermana melliza.
— Pero Bella... se razonable. La he encontrado acá mismo en Forks. Y los encargados de prepararnos el festín ya han ido por ella, resulta que solo la traerán engatusada, para que tu misma la mates...
— ¡BASTA! —Carlisle, la eminencia en la bondad, acababa de enojarse, estaba que tiraba chispas por los ojos. —¡Sal ya de mi casa! ¡ERES UN... ! ¿CÓMO OSAS FALTARLE EL RESPETO ASÍ A BELLA?
— ¡A mí no me gritas doc.!
— Ya... ¡ya mismo te largas!
— ¡Vete James! Ya no quiero verte, eres un monstruo. —Bella ni lo miraba, solo se amarraba a Alice, su compenetrada mitad.
— De acuerdo, después de todo, podré servírmela yo solo. Acá nadie vale la pena. —y se marchó. Pensando en que no debería gastar su tiempo en niñitas como Bella, niñitas que según él, no entregarían su cuerpo a un chico tan valioso como él. Además planeaba alimentarse, y luego marcharse a México.
— ¡Hijo de P....! —exclamó Rosalie, que ahora estaba con sus hermanas.
— Bueno, ya se ha marchado— comento tranquilizadoramente Esme.
— Si pero... —dijo Alice. Entonces lo vi, como si pasara por mis ojos Una muchacha, de porte latino, estatura media, con ojos y cabello castaño, miraba hacia el bosque, a James más específicamente. Luego y desparecía, dejando la imagen en blanco —Mariana. —terminó ella con una cara de horror.
— ¡No! —gritó Bella ¿la conocían? ¿qué pasaba? ¿Alice se había quedado ciega?

Pero los Cullen se miraban como si entendieran lo que pasaba, Carlisle empezó a dar instrucciones para que se tranquilizaran. Y entonces empecé a leerlo todo en sus mentes. Mariana, la chica de la visión de Alice, era humana, y amiga de las niñas Cullen. Ellas estaban desesperadas porque su futuro se había desvanecido, o sea que ella había muerto, o lo haría en un futuro cercano, en manos de James.

— Carlisle ¿qué puedo hacer, que podemos hacer? —dije mirando a mi familia.
— Hay que encontrar a Mariana, antes de que James la mate.
— De acuerdo. Movámonos.

Nos separamos en parejas. Para que una mujer quedara con un hombre, sobre todo por protección a las más jovencitas, que no tenían experiencias en lucha ni nada. Rosalie fue con Carlisle, Emmett con Bella Jasper con Esme, y yo con Alice. Así empezó la búsqueda. Las visiones de Alice, cambiaban todo el tiempo a tal punto, que ya no las miró mas, ni ella ni yo. No servían de nada.

Contado por Bella:

Emmett me llevaba de la mano, muy fraternalmente. Corríamos muy rápido. Peinando los bosques, estaba desesperada. Esto era mi culpa. Y no debía rendirme.

Llegamos a La Push, nos dirigimos a la playa, pero en cuanto traspasamos el límite que dividía Forks de ésta, percibimos un aroma desagradable, tal y como olía mi perro, cuando era pequeña, y lo mojaba la lluvia. Nada más que era mucho más intenso, y de diversos sabores. Emmett me cogió de la cintura. Y no me dejó correr más.
— ¡Bájame Emmett! O será demasiado tarde... —pero vi su rostro, que agudizaba el oído.
— Debemos huir de aquí. Hay licántropos. —Y salió corriendo con migo en sus enormes brazos aun. Miré hacia atrás. Pero ya estábamos lejos. Nos topamos con Carlisle y Rosalie.
— ¿Saben algo? —preguntaron ambos.
— No... pero hay licántropos en La Push. Igual que hace 74 años. —contesto Emmett.
— ¿Que? —dije yo ¿ Los licántropos existían? Hombres lobo...claro como no. No debí extrañarme.
— Pues si. Verán, nosotros vinimos a Forks. Justo cuando convertimos a Edward. este es su lugar natal. Pero nos marchamos, porque antes de que lo convirtiéramos, habíamos percibido el aroma a Licántropo. Y sabemos por leyendas, que no eran amigables, por eso nos marchamos sin cruzárnoslos.
— Oh... bueno, entonces... habrá que hablar con ellos. —dijo Carlisle.
— ¡No! Se que no es buena idea.
— Bueno, hablemos con el resto, veamos que opina el grupo. —contesto Carlisle.
— ¡Carlisle! ¿Qué hay de Mariana?

Contado por Alice:

Ya no daba mas de la intriga. No la encontrábamos. Y ahora acababa de ver a Emmett y a Bella hablar de Licántropos y no se que más con Carlisle.

— Con que eso era lo que nos hizo marchar en ese entonces. —dijo Edward, quien leía mi mente.
— Bueno, no se, no entiendo nada. Pero eso parece. —me detuve, y mire más allá de mi, pero Mariana, ya no estaba. Ya no la percibía.

Me caí al suelo. Y empecé a sollozar sin lagrimas. Edward me tomo en brazos. Y me llevo con los demás. Sin decir una palabra. Solo me acariciaba el dorso de la mano, pero eso no me consolaba.
Cuando abrí mis ojos, y salí del trance en el que me encontraba, vi a mis hermanas igual de consternadas que yo. Escuche una voz a mis espaldas.

— Lo que ocurre probablemente, es que, si bien sabían de la naturaleza común de un vampiro, jamás habían tenido que lidiar con la perdida de un ser querido, por la causa de uno de los nuestros. —era Crlisle.
— ¿Ellas conocían de hace mucho a Mariana? —preguntó Esme. Oír su nombre no ayudó para que se me pasaran los temblores. Ahora que veía Emmett sostenía a Bella en sus Brazos, pero mas que alzándola, parecía retenerla.
— Pues no, de hecho solo la conocen hace cuatro días. Pero las tres son muy afectuosas. Y son los vampiros menos vampiros y más humanos que he conocido en mis trescientos años.
— Oh... pobrecillas. —dijo Esme.
— Si. La verdad es que le habían tomado cariño. Además, Bella, que era la que más se llevaba, estuvo a punto de matar a Mariana.
— ¿Qué? —preguntaron Edward y Esme a la vez.
— Pues, al parecer Bella había encontrado demasiado irresistible el aroma de Marina. Y luego de haber luchado contra sigo misma... creo que le afecta mucho más. —si eso era probable.
Pobre mi melliza.

Me pare. Y Rosalie se acercó a abrazarme. Nos miramos. Y luego a los demás.
Bella forcejeaba con Emmett para soltarse de sus garras. Y miraba al vacío intentando salir corriendo. Lo comprendí, quería ir por ella, no iba a aceptar otra perdida.

Contado por Edward:

La capacidad de Alice, para comprender a su melliza, y la forma en que ella aclaraba las cosas para si misma, me permitió conocer más a esa pequeña individua, que no me permitía leer su mente.
Ahora veía que mis estipulaciones hacia ella como posible peligro, o pesadilla, eran erróneas.
Ahora la miraba con otros ojos. Y pude ver con más detalle. La frágil criatura que se encontraba frente a mí. Ella que tanto como yo había perdido tantos seres queridos, que su pobre Alma no lo toleraba más.
Ahora veía en sus ojos la nostalgia acumulada, y el rechazo inminente a bajar los brazos.

— Bella, ya es tarde. —le dijo su hermana. —ya no la veo. Ni siquiera un segundo.
— ¡No! ¡No, Alice! Hay que seguir...
— No Bella. —Carlisle la acongojó.
— Pero... James me las va a pagar—sentenció, dejando de forcejear. Pude ver en sus ojos el odio, y la sed de venganza.

Ella iría por él. Y le haría ver que mal habia actuado ¿o no? ¿sería eso necesario?
Eso no lo sabía. Pero había una parte de mi que deseaba protegerla por sobretodo daño. No quería dejarla ir. No quería ver más su cara de sufrimiento, como hacía unos segundos atrás. Y la otra parte de mi dudaba de que era la nueva chispa que se había iniciado en mi fuero interno.

Contado por Bella:


Empecé a forcejear con Emmett, quien no me soltaba.

— Bella, cariño... la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena—grandioso, ya empezaba con sus frases celebres [Anexo: EL CHAVO DEL OCHO!!! Bueno sigo].
— Lo se, pero ya que no tengo alma...
— ¿Como que no tienes alma? —Edward se me había arrimado.
— Si, somos vampiros estamos malditos y...
— No sigas. Discrepo rotundamente. —él, me dirigía la palabra, y en sima para hablar blasfemias. —Bella tu si tienes alma, al igual que todos nosotros.
— No te gastes Edward—dijo Rose— Ella esta empecinada en creer lo que dice, ya hemos intentado hacerla razonar.
— ¡No estoy loca! —me trataban como tal.
— No pensamos eso... —dijo mi “padre” — es solo, que cada uno tiene un punto de vista diferente.
— De todos modos, pienso matar a James. —no iba a dejarlo escapar.
— Por favor... —suplico Alice, mi hermana.
— Alice, dime una cosa... —la miré a los ojos, dando un manotazo a Emmett que aun no me soltaba. — ¿que ves en mi futuro? —ella no contesto— ¿lo ves? Estoy decidida.

Todos quedaron en silencio. Me miraban como si fuera a cometer un gran error. Y era verdad, jamás apoyaría a nadie para que se vengue... no, intentaría evitarlo, pero dejaría que tomara sus propias decisiones, eso si.

Contado por Edward:

Alice veía a Bella buscar en México, lo distinguía por las construcciones, pero ella no estaba con James.
¿Que hacer? Debía decirle que James estaba en México. Si nó jamás volvería a verla.

Definitivamente, estaba raro. Nunca había sentido tanto afecto por alguien desde que... mejor no recordadlo.
Pero ya era tarde, bastaba pensara en Jacob, o Billy, para que yo los añorara con el alma, y la nostalgia me lastimara ese viejo y en desuso músculo llamado corazón que hace tiempo había muerto, en el mismo instante en que me marché de la casa de Billy, llorando, por las mentiras que me habían dicho y el sufrimiento que me causaba la perdida de mi mejor amigo, mi hermano del alma, Jake.

Hice un mohín, y Bella me vio a los ojos. Tenia una mirada tan penetrante, como si intuyera que me ocurría. Como si sintiera lo mismo que yo. Como si esperara que le dijera algo. Como podía hipnotizarme, sus líquidos ojos brillantes, sus labios, que parecían de azúcar acaramelada, me hablaron, y no reaccione hasta más tarde.
— ¡Edward! —me grito de nuevo.
— ¿Qué?
— ¡Te he dicho que me lo digas!
— ¿Que? ¿de que hablas?
— Pero... ¿En que mundo estas niño? —ahora era Esme quien me miraba enojada.
— Perdón me colgué. —contesté.
— Dile a Bella donde Planea ir James. —me pidió Esme ¿por qué, por que debía ser yo el del poder? ¿Qué hacer? ¿se lo decía o no?
— Alice, por que no me lo dices tu. —pidió Bella a su hermana.
— No lo haré, no quiero que te vallas. —ahora ella me miraba a mi, las dos lo hacían, todos lo hacían. Emmett ya había soltado a Bella, y Rosalie se había arrimado a el, demasiado.
— Por favor Bella no te vallas... —pidió Rose.
— Ya lo he dicho, prometo que volveré. Edward ¿Podrías decir me a donde va James? —yo aun no lo decidía. No quería dejarla ir, en cuanto se lo dijera se iría, pero si no lo hacía de todos modos se irá, pero tardaría aun mas en volver.
— Yo... —y salí corriendo de la habitación.

Me dirigí a mi casa, sin nadie de tras. Me encerré en mi cuarto, y me senté a pensar.

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