sábado, 4 de abril de 2009

"El tiempo no es un Problema" 6ª parte


Al llegar a casa, me puse a tocar el piano, al rato llego Carlisle, quien se marcho de nuevo, por una emergencia. Alice, se puso a cantar con migo, siguiendo el ritmo de mis notas. Como extrañaba el piano. No había perdido la maña, y era mucho más sencillo de hecho. Tomé uno de mis viejos libros de música, y empecé a interpretar una canción de las más difícil con suma facilidad. Nunca antes lo había intentado, me sorprendí a mi misma, haciendo maniobras extrañas a medida que leía la pista. Termine, y me salió a la perfección. Para conseguir algo así, en mi estado de humana habría tenido que practicarla por semanas. Decidí que quería compartir mi talento con alguien, así es que le pedí a Rose que se encargara de poner avisos en Internet y en Forks de que daba clases particulares de piano, para todas las edades.

Estábamos disfrutando de una melodía con un ritmo muy cómico, que me hacía acordar a Alice. Lo acababa de componer para ella. Pero no pudimos seguir riendo de las payasadas que hacia mi melliza al ritmo de la música, porque James llego.
Rose abrió la puerta.

— Hola chicas. —saludo, pero solo me miraba a mí.
— ¿Qué tal? —dijo Alice. — me acompañas Rose, quiero ir a cazar.
— Es que yo ya fui ayer...
— ¡Ven! —ordeno ella. Era obvia su intención, quería dejarnos a solas.
— Bueno...
— Bella, mañana me acompañaras a Seattle. —no fue pregunta, ni invitación, fue afirmación.
— ¿Cómo estas tan seguro?
— Porque se que deseas pasar tiempo con migo.
— Pues lo lamento ya tengo planes para mañana. Y no me apetece ir a Seattle.
— Pues vamos a dar una vuelta por el parque de Forks, hoy.
— Mmm...
— Bueno si quieres—el iba a mencionar a Mariana, lo presentí, lo sentí en sus fríos ojos. No podía permitirlo.
— De acuerdo.
— Valla, fue más fácil de lo que creí ¿vamos? —me preguntó con su mirada petulante.
— Si...

No sabía que me depararía el destino. No estaba acostumbrada a salir con chicos, y menos con esta clase de chicos. Pero sabía que algo en sus ojos me demandaba desconfianza, y ese sería un problema muy grave hasta después.

Miércoles a la mañana:
Contado por Jasper:


Alguien toco puerta e mi nueva habitación, supuse que era Edward por las vibras tan depresiva que siempre emanaba, las cuales se habían hecho más intensas desde nuestra llegada a Forks

Pasa Ed

— No soy depresivo Jasper.
— Esos es lo que tu crees—se engañaba a si mismo—se lo que sientes, ese es mi poder lo recuerdas.
— Odio que hables de nuestras capacidades como poderes—otra vez lo mismo— no somos súper-héroes...
— ¡Vale ya! —le corte el rollo—¿Qué venias a decirme?
— Que ya es hora de ir al fabulosisimo instituto de Forks.
— De acuerdo.

Bajamos, y nos subimos al Volvo que Edward se había comprado hace unos días. Siempre cambiaba de auto, es un fanático. Igual que Emmett pero el es mas extremista. No íbamos a ir con un jeapp.
Cuando íbamos de camino, los tres percibimos el aroma a vampiro. Estaba por todos lados eran mas de 2, lo que era raro. Eran cinco vampiros. Pero uno de ellos ya lo conocíamos.

— ¡James! —dijimos los tres al unísono.
— ¿Qué diablos estará tramando ese idiota ahora? — dijo Edward con bronca. Ellos se detestaban, y la verdad es que Emmett y yo también. Pero ellos habían tenido mas enfrentamientos. Él nos había provocado, seduciendo a Esme.
— No lo se. Luego lo averiguaremos. —dije tranquilizando a mis “hermanos” —por lo pronto atajémonos a entrar a calces—ya habíamos llegado, y todos nos miraban. —y a descubrir por que hay tanto olor a vampiro en este establecimiento. Acá hay más de tres. Y están adentro.



Miércoles a la mañana:
Contado por Alice:

— Vamos Bella cuéntanos que ocurrió ayer en la tarde con james. —insistí cuando llegamos al instituto, y nos sentamos en la cafetería.
— Para que, si ya lo sabes todo—contestó frustrada—díselo tu a Rose.
— Pero yo quiero que tu admitas que la pasaste bien. —yo podía ser muy pesada.
— Uff... —la habia cansado. —¡Lo pasé bien! ¿contenta?
— Si.
— Bueno ahora yo no lo estoy, no se nada—se quejó Rose.
— Mmm... bueno fue así...

Y empecé a relatarle toda la historia, y Bella iba agregando detalles de vez en cuando, para rellenar los parches que mis visiones dejaban. La vuelta por el río, (En una canoa improvisada que James había construido) y luego los juegos infantiles, con los que él la había conquistado, como las escondidas (menudo tramposo, es un rastreador) y la mancha (Bella había ganado, era realmente rápida). En fin ella se había divertido mucho. Pero seguia insegura con respecto a su actitud. Esa vibra que nos daba a nosotras y a Carlisle cierta inseguridad.

Cuando terminamos llegó Mariana, muy emocionada.

— ¡¡Ahh!! Ya quiero que sea de tarde, así vamos a ver esa película tan buena. —nos dijo luego de sentarse.
— ¿Qué iremos a ver? —pregunto Rose. Estábamos la cuatro rodeadas de muros negros, en el Cine , y la pantalla tenía un titular enorme que recitaba “CUENTOS QUE NO SON CUENTOS”. Mi visión termino, y Mariana no lo había notado.
— Mmm... no lo se. —contesto ella.
— Veremos Cuentos que no son cuentos. —conteste de inmediato.
— ¡Genial! —exclamo Bella.

Sonó el timbre para la entrada al curso. Pero además en el aparcamiento se escuchó el ruido de un motor nuevo. Uno que antes no habíamos oído en esta ciudad.

— Es un modelo nuevo—declaro Rosalie en voz baja.
— Un Volvo, eso es. —dijo Bella muy pagada de si misma.
— Vamos o llegaremos tarde Bella. —la apuro Mariana.
— Ok.

Rose y yo fuimos a Historia, y mi melliza con Mariana fueron a biología.Mariana llegaba tarde porque primero iba al baño. Bella entraba en la sala de biología, se sentaba en su lugar de siempre. Y entraba un muchachote, enorme con ojos como los míos, pálido, hasta percibí su aroma, un vampiro. Se sienta junto a Bella, y cuando vuelve Mariana, esta desaparece.
—Rose. Ve ya por Mariana, está en el baño— ella no hizo preguntas solo actuó. Estábamos solas en el pasillo. Mariana reaparecía, estaba junto a Rose en el Baño, la cual estaba fingiendo una gran descompostura, muy bien actuada. ya no me preocupaba. Pero de todas formas llamé a Carlisle.

— Carlisle... —le conté todo. Luego contestó
— No te alarmes. Que Rose siga fingiendo un mal aún peor. Así la mandan al hospital con migo. Que mariana la acompañe yo la cuidaré con Rose acá. Y tu te quedas y esperas a Bella. Luego van a casa y nos esperan. Espero tu llamada.
— Lo haré.

Contado por Bella:

Entró en la clase un muchachote guapísimo. Pero era vampiro, (¡vegetariano! ¡no imposible!) el profesor lo mandó a sentar junto a mi (rayo pobre Mariana, se sentaría sol... ¡Mariana! Ella era demasiado deliciosa, hasta para un vegetariano como yo. Tenia que cuidarla ¡¿ por qué tenia que oler tan bien?!)
— Hola soy Emmett— me susurró el nuevo, en la forma imperceptible para oídos humanos.
— ¿Qué tal? Soy Bella—dije con cautela—¿vegetariano no?
— ¿Que? — Oh claro, ese era un termino propio de mi familia nada mas.
— Que comes animales Emmett.
— Oh... ya veo. si—y empezó a reírse—eres muy cómica. —me caía bien, pero, cuidado ante todo, siempre decía Carlisle.
— Señor Hale, ¿tiene algún buen chiste para contarle a la clase? —el profesor lo reprimió.
— La verdad es que si. —wow, en sima de simpático era un cara dura total. Le vendría muy bien a la esquizofrenica de Rose.
— Bueno pero yo no quiero escucharlo. —repuso el maestro indignado.

La clase continuó tranquila, pero Mariana no vino. Con Emmett hablamos de su familia y de la mía. Le conté mi trágica historia. Él tenía dos hermanos, no Biológicos, Edward y Jasper. Y a Esme, que era la líder, si querías verlo desde el punto de vista de aquelarre vampirezco, o la hermana mayor, que era el punto de vista mas humano (yo prefiero el último). Me contó que Edward tenía poderes como los de Alice, y Jasper también, éste ultimo, manipulaba estados de ánimos. Y Edward leía la mente (que incomodo debía ser. Su expresión me lo aseguró como tal. Edward era bastante entrometido.) también le conté de la molestia de Alice. El pequeño monstruo (con lo que volvió a reír).
Se sorprendió de averiguar que Carlisle trabajaba tan apegado a la sangre humana. Y yo de la cantidad de veces que el pobre de Emmett había estado a punto de cometer un asesinato. Cuando le conté de mi desliz del lunes, con Mariana, me supo comprender. Y se compadeció de mi. Admirando mi fuerza de voluntad al ser una vampira tan joven. Realmente era un chico agradable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario